La tele dice y reitera: “Manini le pidió al gobierno que no aplique la suba de tarifas”.

Debe decir: “Manini planteó en el gobierno que no se aplique la suba de tarifas”, porque Guido Manini Ríos está en el gobierno. No está afuera.

Irene Moreira es, además de su esposa, su Ministra de Vivienda, el “pediatra” Javier Garcia es vicario de su Subsecretario de Defensa. Manini no es oposición, ni por asomo.

Pero la tele y él son bloque, juegan en el mismo bloque, con el imperialismo.

¡Qué lejos, este Manini, de aquél Pedro Manini Ríos!, que dio refugio a José Enrique Rodó, cuando éste consecuente antiimperialista yanqui, tras liderar a los estudiantes uruguayos que protestaban contra la invasión yanqui en México en 1914, se sintió traicionado por José Batlle y Ordóñez, quien se disculpó ante la embajada de USA en Uruguay.

Por eso en la nota anterior nos preguntábamos: ¿Cuál es el verdadero Guido Manini Ríos?

Porque hablaba en 2018 de la necesidad de la UNASUR y ahora que es parte del gobierno, resulta que es como el camaleón, que cambia de colores según la ocasión. Está de acuerdo con el TIAR –Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca- que lo manipula EE.UU. como quiere, desde 1947. Como quedó demostrado en la guerra de las Malvinas.

Por lo tanto si se trae de los pelos que Venezuela es una amenaza externa a la región y se EE.UU. o algún país servil lo convoca para atacar a Venezuela, resulta que Guido Manini Ríos que había dicho que estaba en contra de una invasión a la patria de Bolívar y Chávez, como parte del gobierno va apoyar el ataque a un país hermano. Es un mentiroso y un camaleón. Resultó que no era tan nacionalista. Está con los yanquis.

Todo lo que dice en el reportaje de Caras y Caretas es demagogia pura y dura. No cree en la ideas de Methol Ferré cuando habla de los Estados continentales, cuando el mejor geopolítico uruguayo desarrolla la idea de que la integración continental en nuestra América, es imprescindible para hablar de tú a tú con cualquier Estado continental- cualquier potencia o grupo de ellas-, o América del Sur va a seguir siendo objeto de la historia y no sujeto de la historia. Por lo tanto las decisiones se tomarán afuera.

Y el TIAR es la negación de lo anterior. Las decisiones las toma la principal potencia del mundo: EE.UU. Eso nos transforma en un país colonial. Dejamos de tener independencia en la política internacional. Además es adherir a un organismo de la Guerra Fría, que terminó hace casi 30 años, controlado por la potencia que quiere controlar los recursos estratégicos que tiene Nuestra América.

No se puede proclamar nacionalista y ser un peón del imperialismo yanqui. Pero para Guido eso no es un problema, porque él se preparó para la “guerra”, que aprendió en los manuales de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Donde se establece que el enemigo es interno. Doctrina que también considera enemigo a Cuba, país totalmente independiente, símbolo de la dignidad frente al imperialismo yanqui. Por eso no la invitaron a la asunción. Por un lado mejor. Porque nunca se vió una asunción presidencial con tan poca gente y solo cinco jefes de Estado: el asesino de Piñera, el fascista de Bolsonaro, el reaccionario presidente paraguayo, el pro yanqui presidente de Colombia y el Borbón de España. ¡Qué delantera!

Autor: Pablo Reveca

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