En el poema de Dostoyevski, el Obispo Inquisidor habla con Jesús en la cárcel antes de condenarlo a la hoguera. La iglesia para sostener el cristianismo debía condenar al Cristo porque tiraba abajo todas las verdades construidas en su nombre, obstruía la salvación que la Iglesia había definido para los hombres.
El obispo inquisidor lo acusa que su mayor pecado y por tanto el camino que lleva a los seres humanos a la perdición es la reivindicación de la Libertad, por ello sin dudar tiene que construir una verdad y decidir qué límites tiene que tener la libertad y profetiza: ”Nos admirarán, seremos sus dioses, una vez sobre nuestros hombros la carga de su libertad, una vez que hayamos aceptado el cetro que — ¡tanto será el miedo que la libertad acabará por inspirarles! — nos ofrecerán.”
Hoy en nuestro país nuevos inquisidores se levantan en nombre de la libertad, los que hasta ayer se cortaban las venas hablando de periodismo libre, de dictaduras populistas, mostrándose como defensores acérrimos de la libertad, la quieren entierrar en su nombre.
Liberales de boca, no dudan en recurrir a imponer prácticas dictatoriales para cumplir cabalmente con las demandas de sus amos, lo cuales con un cargo compraron su propia libertad.
El flamante director del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional de Uruguay, Gerardo Sotelo, este jueves envió memorándum dirigida a los coordinadores de los informativos de Televisión Nacional de Uruguay (TNU) y Radiodifusión Nacional del Uruguay (RNU) donde instala la CENSURA PREVIA y para ello nombra un pequeño inquisidor (coordinador periodístico), Jorge Gatti, que será el encargado de "servir al interés público, balancear las opiniones y reflejar todos los puntos de vista relevantes para la compresión de los hechos y presentarlos de forma imparcial".
Esta forma de actuar, propia de regímenes fascistas, y que retrotrae a la época dictatorial en nuestro país, es consistente con haber negado la cadena al PITCNT, busca por todas formas construir una realidad dócil a sus intenciones, por eso cadenas oficiales todos los días, por eso se toman estas decisiones de control de la palabra.
Se trata de una política descarada de control de la verdad por estos inquisidores modernos que se llenan la boca con la libertad, tratando de transformar los medios públicos en medios de partido, que estarán obligados a dar la verdad de partido, se trata de construir un gobierno totalitario que controle la verdad en forma previa, qué se dice, qué se informa, qué debe comprender la gente. Defendiendo la” imparcialidad” se entierra la democracia.
Si existe la verdad y el pueblo puede escucharla Sotelo lo va a decir.
Por supuesto que nuestro pueblo continuará luchando dejando la piel por la libertad.