Las medidas propuestas por el gobierno parten de este mesianismo liberal que sostiene que si se permite la acumulación de capital, eso de por sí "mantiene el motor de la economía prendido" al decir de Arbeleche y para eso lo mejor es inyectar fluidez a través de préstamos blandos y retiro o aplazamiento de gravámenes al capital.

Dicen además que esto está dirigido a las pequeñas y medianas empresas y que para los sectores más débiles se tomarán medidas focalizadas.

Para ello se plantea recurrir a diversas modalidades de préstamo.

La salida para el gobierno, como no podía ser otra es por el lado del capital financiero.

Sin dudas estas medidas pueden generar alguna expectativa en ciertos sectores de las capas medias, que erróneamente piensan que su problema es el peso del Estado, pero realmente debemos preguntarnos si el rumbo va por ahí.

1) La contracción de la demanda va a ser algo evidente, es decir gente laburando menos, va a cobrar menos y comprar menos, es medio que obvio no.

2) Esta contracción va ser de carácter global, cerrando mercados externos, los cuales además se ven forzados a comprar cosas que Uruguay no produce, esto es mascarillas, medicamentos, elementos que tienen que ver con las necesidades inmediatas de la pandemia.

3) Los productores de otros países también van a sufrir del desaceleramiento de la economía, por lo que los Estados se verán obligados a tomar medidas proteccionistas (no en vano el FMI plantea más apertura).

4) El aumento de la presión fiscal sobre las capas populares planteado por el gobierno restringe aún más su capacidad de compra y el pago de las propias tarifas.

5) Esto como es de esperar (ya lo hizo el papa del presidente come chorizos en cuarentena) se va a tratar de resolver aumentando el crédito y generando las condiciones para una burbuja financiera.

6) Los pequeños y medianos empresarios que no viven de las exportaciones sino del mercado interno van a ver como cae su tasa de ganancia, lo cual va a producir desempleo, lo cual a su vez va a provocar más contracción de la demanda.

7) Estos empresarios endeudados además no van a poder pagar los créditos tomados complicando la cadena de pagos.

8) A su vez los trabajadores tampoco van a poder pagar ni los servicios, ni los créditos tomados.

9) Sumemos a este combo que muchos trabajadores y trabajadores precarizados (aunque les digan unipersonal o cuentapropistas son trabajadores precarizados) ya hoy están en situación de riesgo inminente, muchos de ellos endeudados en dólares que se disparó, por lo cual tampoco podrán afrontar sus deudas.

10) Frente a una burbuja que explorará tarde o temprano se va a profundizar aún más en medidas que llevarán al austericidio, destruyendo entre otras cosas la inversión pública.

11) Esto va a traer inestabilidad y retiro de inversiones externas directas, así como retiro de capitales aumentando la crisis.

12) Para resolver la necesidad de inversión de capitales y de fluidez se recurrirá nuevamente al endeudamiento externo con organismos multilaterales de crédito, esto junto a la retracción de la economía, hará que la deuda sea mucho más grande, tanto en términos absolutos como términos relativos (relación deuda PBI) por lo cual se implementara la recetas del FMI, que entre otras cosas supondrá la venta de las empresas públicas.

Es decir en última instancia el único beneficio será para el capital internacional, los fondos buitres, y algunos de “Un solo Uruguay”.

La crisis la vamos a pagar los trabajadores y los sectores populares, los cuales serán reprimidos con los larrañagatroopers.

Hay otra salida que es a través del Estado, la solidaridad, aumentar la capacidad de compra de los sectores populares, distribuir los costos de la crisis desde la visión de quien tiene más pague más, ejemplificada en el conjunto de medidas planteadas por el PITCNT.

La salida es desde lo público, como los hospitales atendiendo a la población, la Universidad investigando para tener kits de testeo propios, ALUR produciendo alcohol en gel.

La salida es desde lo popular, como el SUA fabricando mascarillas, los psicogerontólogos voluntarios, y mil formas más que se expresan y expresarán en estos tiempos.

Y está claro que esto depende de la movilización popular, que aún en cuarentena encontrará formas creativas de manifestarse, caceroleos, apagones cuando el surferpresidente hable, acciones solidarias, redes sociales, etc.

En última instancia la pandemia lo que demuestra que esta pauta civilizatoria está totalmente agotada y sólo puede subsistir exprimiendo por la fuerza al trabajo vivo y a la naturaleza. Y capaz que ni siquiera así.

Lo realmente tragicómico es que en Uruguay esta situación la dispara una de esas empresarias, incultas y egoístas que quiere abrazar Talvi.

Y su conducta no es de un psicótico, como quiere hacerse ver es el ejemplo más crudo de quienes piensan al mundo como su propiedad privada.

Salú y si no nos vemos en las calles, nos escuchamos en las cacerolas.

Autor: Diego Alonso

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