Mientras el Dr. Lacalle Pou trotaba alegremente acompañando a terratenientes y algún gaucho despistado, el dólar iba al galope. Cuando se bajó del caballo manifestó su preocupación por el impacto en las familias con deudas en dólares, pero ya era tarde-.

El dólar había aumentado un 10%, los frigoríficos habían aumentado entre $10 y $ 20 el kilo de carne vacuna a los carniceros y estos al consumidor, importadores y comerciantes ya estaban aumentando los precios no sólo por la devaluación de los últimos sino un poco más por la devaluación esperada para los próximos días. El gobierno trata de echarle la culpa a la globalización diciendo que es un fenómeno general, pero el materialismo dialéctico nos propone analizar también lo particular en cada fenómeno.

1. El tipo de cambio

El 2 de marzo el presidente se reunió con los jefes de policía pero no se preocupó de nombrar un presidente del BCU. Durante dos días no hubo autoridad monetaria ni política cambiaria, el mercado operó sin intervención del BCU, el tipo de cambio empezó su galope, fue otra muestra de las prioridades del gobierno que considera más importante dar palo.

El tipo de cambio es el precio o cotización de las monedas de otros países y se toma como referencia el dólar por qué al finalizar la segunda guerra mundial los Estados Unidos lo impusieron como medio de pago internacional; cuando cambia la cotización del dólar en el Uruguay, se modifican también las de las demás monedas.

El precio del dólar resulta de un conjunto de condicionantes, como la política monetaria de los Estados Unidos, la situación de Argentina y Brasil o las decisiones del BCU. Por ejemplo, cuando durante 2008 los grandes bancos norteamericanos se fundían, el gobierno de los Estados Unidos los apoyó durante varios años con gigantescas cantidades de dólares que inundaron el mundo y bajaron la cotización del dólar en todos lados. Una parte de esos dólares llegaron al Uruguay y esta abundancia de dólares contribuyó (no fue el único factor) a que el dólar quedara congelado en torno a los $20 durante cuatro años, desde mediados de 2010 hasta mediados de 2013.

Qué algunos países tengan bienes y servicios de consumo más caros o más barato para los residentes en otro país es el resultado de los tipos de cambio, pero también de las diferencias en la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlos, de la intervención de los gobiernos con impuestos o subsidios y del distinto ritmo de aumento de los precios al consumo en cada país (inflación).

La política monetaria colocando Letras de Regulación Monetaria en moneda nacional o vendiendo reservas, puede suavizar los aumentos. Esta era la política durante el gobierno del FA y en 2019 el dólar aumentó 15% y la inflación medida por el Índice de Precios al Consumo fue algo menos del 9%.

Cuando el ingreso de capital extranjero en el país era muy grande y la oferta de moneda extranjera impulsaba a la baja la cotización del dólar, el BCU compraba una parte de estos dólares colocando montos crecientes de deuda pública.

Cuando la cotización del dólar comenzó a aumentar el BCU puso en práctica la operación inversa, aumentó la oferta de dólares vendiendo parte de sus reservas. Las reservas de libre disponibilidad alcanzaron a 5.463 millones de dólares el 9 de marzo y descendieron hasta ubicarse en 5.432 millones de dólares el 11 de marzo.

2. Devaluación, lo general y lo particular

Tiene razón el gobierno cuando dice que la devaluación de las monedas es un fenómeno general que comprende a casi todos los países dependientes. La incertidumbre genera desconfianza, el capital financiero busca seguridad en el dólar y en el oro.

Se agrega el impacto del coronavirus, el nivel de actividad de China, motor del crecimiento mundial, se reducirá, importará menos alimentos y materias primas, se reducirán las exportaciones que tenían a China como destino, crecerán menos las economías y algunas pueden entrar en recesión con aumento del desempleo. Como señala Ríos (2020) el retraso en el regreso al trabajo a consecuencia del coronavirus afecta a millones de empresas en todo el mundo, no solo a las implantadas en China.

Esta situación se suma a tendencias recesivas previas de la economía mundial como lo indica la economía de Estados Unidos que viene creciendo progresivamente a tasas menores, desde el segundo trimestre de 2018 y entrará en recesión hacia finales de este año; el crecimiento de la economía mundial se detuvo en 2018 y el comercio internacional se contrajo por la guerra comercial de China y Estados Unidos (Ugarteche 2019)

Se suma la caída del precio del petróleo y las repercusiones de estos fenómenos en la caída del precio de acciones y títulos de deuda que cotizan en las más diversas Bolsas de Valores, desde Wall Street hasta San Pablo. Como se señala en el diario argentino Página 12 “La abrupta caída de las bolsas europeos se produce tras las medidas de circulación restrictivas que toman los gobiernos para evitar la expansión de la epidemia, pero se espera que la decisión se traduzcan en una recesión económica en varios países.” (09/03/20).

Pero lo particular es el porcentaje de devaluación, diferente en todos los países, que se explica por las características locales. En el siguiente cuadro se presentan los porcentajes de devaluación en algunos países; no se incluye Argentina por que tiene un sistema de cambios múltiples y no es comparable.

Cuadro 1. Porcentaje de devaluación del dólar en marzo de 2020. Algunos países latinoamericanos

Como se aprecia en el Cuadro 1 desde el 2 de marzo de 2020 la cotización del dólar aumentó en los cinco países sudamericanos seleccionados. Los primeros días en forma acelerada y los últimos más lentamente. El gobierno que asumió el 1 de marzo recibió un dólar que en las operaciones entre bancos se cotizaba a $39.191 y el 9 de marzo cerró a $ 43.20, lo que implica un aumento del 10.2% en una semana. La desaceleración de la devaluación en los dos días siguientes también fue general, así como la nueva aceleración el jueves 12; en Uruguay este último día la cotización del dólar aumentó 2.4%.

También se aprecia que Uruguay es el país que más devaluó, ligeramente por encima de México y Colombia pero mucho más que Brasil y Chile. Esta mayor devaluación en Uruguay es lo particular que requiere una explicación.

3. Devaluación, inflación y distribución del ingreso

Si algo se podía esperar del nuevo gobierno era la aceleración de la devaluación para aumentar las ganancias del complejo agroexportador, principal compromiso de los socios de la coalición.

La devaluación modifica la distribución del ingreso y de la riqueza. Los que plantan soja o engordan vacas, las transnacionales que exportan desde las Zonas Francas o los frigoríficos, reciben más pesos por los dólares. Como resultado del aumento de las ganancias también aumenta el valor del capital de los dueños de la tierra y de las vacas, mientras que se reduce el capital de los importadores que tienen deudas en dólares y vendieron a crédito en pesos.

Como explicó Barbeito (2015) al devaluar cada dólar exportado rinde más pesos para el capitalista exportador y como gran parte de sus costos es en pesos, obtiene mayores ganancias; para los sectores populares por el contrario los bienes y servicios que consumen se encarecen y la capacidad de compra del salario se reduce. Las medidas que se proponen con fundamentos técnicos son expresión de intereses de clase “En síntesis, las manifestaciones de estos economistas representan los intereses de la alta burguesía (no es extraño ya que los contratan para ello) y buscan recomponer sus ganancias mediante una mayor explotación de los sectores populares.”

Los productos que el Uruguay exporta son también productos que se consumen en el país, en particular alimentos como la carne vacuna o los productos lácteos. Cuando aumenta la cotización del dólar o cuando aumentan los precios internacionales de esos productos, la política económica vigente permite que esos aumentos se trasladen a los precios al consumidor. Aumentó el precio de la carne vacuna en las carnicerías y supermercados, aumentará el precio de quesos y yogures, entre otros.

El peor impacto cae sobre las familias de ingresos medios, que cobran sueldos o jubilaciones en pesos y tienen deudas en dólares por que compraron un televisor o un auto. A fin de 2019 el monto de los créditos en dólares para el consumo de las familias eran 427 millones de dólares. Con la devaluación aumenta la parte de los ingresos que tienen que dedicar a pagar esas deudas, tienen que ajustarse el cinturón y reducir otros gastos.

El diario El Observador publicó el 12 de marzo los principales aspectos de las exposiciones de los economistas J. de Haedo, G. Oddone y P. Roselli, en un panel realizado el día anterior. Coincidieron en considerar probable la caída de la actividad económica y el aumento de la inflación en el Uruguay, por lo que proponen postergar la convocatoria de los Consejos de Salarios, es decir, postergar los aumentos de salarios y permitir que la inflación deteriore la capacidad de compra de los trabajadores. Nada nuevo, que la crisis la pague el pueblo.

Las propuestas que expresan los intereses del capital se presentan como científicas o técnicas por los economistas de las consultoras que lo asesoran, ninguno asume representar esos intereses.

4. Mintió el Presidente en la campaña, pero la culpa la tuvo el otro

Tres mentiras para empezar:

1) Los que usan tarjeta de débito van a pagar 2% más que antes en las compras, es un aumento del IVA que muestra que el compromiso de la campaña era mentira. Varias investigaciones demostraron que el IVA es el impuesto que afecta más negativamente la distribución del ingreso por que representa un porcentaje mayor de los bajos ingresos que de los altos. Esta medida reduce la capacidad de compra de los salarios por qué un 2% del gasto no será en bienes y servicios sino en el pago del aumento del impuesto.

Durante los gobiernos del FA hubo un primer intento de reducción del IVA que los comercios no trasladaron a una reducción de los precios. En el segundo intento la reducción del 4% del IVA se implementó para los que pagaran con tarjeta de débito y de esta forma se aseguró que lo recibían los compradores.

2) Los aumentos de tarifas mayores al aumento del IPC de 2019 muestran que son aumentos para recaudar y que no utilizaron la posibilidad de bajar la tarifa de UTE.

Revisando los aumentos de los últimos tres años del gobierno del FA se aprecia que fueron inferiores a los del Índice de Precios al Consumo (IPC) mientras que los aumentos del nuevo gobierno son mayores que el aumento del IPC y que los aprobados por los gobiernos del FA. En el Cuadro 2 se presenta la información en la que se fundamenta esta información, los aumentos de tarifas vigentes desde enero de 2017 a 2018, los aumentos propuestos por el actual gobierno que entrarán en vigencia en el mes de abril y el promedio anual de aumento del costo de vida medido por elIPC.

Cuadro 2. Porcentajes de aumento de tarifas y del IPC

En un análisis difundido en las redes el Ing. Casaravilla, ex Presidente de UTE, se estimó que sin aumento de tarifa ni de deuda, el excedente de UTE sería aproximadamente de U$S 280 millones y con el aumento de 10.5 % que se propone, la contribución a la reducción del déficit fiscal será de U$S 390 millones de dólares este año.

El gobierno fundamenta los aumentos diciendo que además del año 2019 hay que agregar tres meses de 2020; con los criterios del FA el aumento de costos de estos tres meses de 2020 se tendrían en cuenta en el aumento de 2021, el gobierno actual adelanta el aumento con el claro objetivo de aumentar la recaudación.

3) No se van a ahorrar 900 millones de dólares como se prometió en la campaña. Esta mentira está implícita en las dos medidas anteriores, para reducir el déficit fiscal se aumenta la recaudación. Este es el primer paso, se puede pronosticar que en el transcurso del año seguirá el impuestazo, el tarifazo y el aumento de la inflación. Se intentará de reducir el poder de compra de los salarios con aumentos menores que el IPC y como consecuencia al año siguiente las pasividades. Con la probable caída del nivel de actividad y del número de ocupados se sumará el argumento mentiroso “no aumentar los salarios para conservar el empleo”; pero para conservar el empleo es necesarios aumentar el nivel de actividad, bajar los salarios baja la demanda interna y profundiza la recesión.

Cuando las condiciones internacionales son desfavorables por que cae la demanda externa, es posible atenuar este impacto aumentando la demanda interna con aumentos de salarios y pasividades, así como de la inversión pública.

 

 

Bibliografía citada

Barbeito, F. (2015) Competitividad: devaluación. Receta de los economistas de la burguesía. Parte 1. El Popular No 299, 13 de marzo de 2015.

Ríos, X. (2020) COVID-19, desmundialización y rivalidad estratégica. 10/03/2020 https://www.alainet.org/es/articulo/205159

Ugarteche, O. (2019) Entrevista de Genaro Rodríguez Navarrete, La Vanguardia, 21/09/2019 , Ciudad de México (México)

Autor: Jorge Notaro

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