El objetivo de la etapa es avanzar en democracia hacia una democracia avanzada. Implica defender las conquistas populares del embate del gobierno restaurador derechista y antipopular. Debe ser una democracia con una gran participación popular en las decisiones más importantes en un proceso de lucha programática y reivindicativa atendiendo las demandas de los distintos sectores populares. Significa extirpar de raíz las espinas clavas del fascismo que aún están presentes en las FF.AA.
¿Qué Defensa Nacional corresponde a esta etapa?
Partimos de la Constitución y la ley Nº 18.650.
La Constitución en el artículo Nº 85, inciso 15, establece que corresponde al Poder Legislativo. “Hacer los reglamentos de milicias y determinar el tiempo y número en que deben reunirse.”
La Ley Nº 18.650, Ley Marco de Defensa Nacional, en el Capítulo 2, Artículo 9º, inciso E) establece que le corresponde al Poder Legislativo: “hacer los reglamentos de milicias y determinar el tiempo y número en que deben reunirse.”
La Definición y Características de la Defensa Nacional según esta ley (que la votaron todos los partidos), es la que sigue:
“Artículo 1º.- La Defensa Nacional comprende el conjunto de actividades civiles y militares dirigidas a preservar la soberanía y la independencia de nuestro país, a conservar la integridad del territorio y de sus recursos estratégicos, así como la paz de la República, en el marco de la Constitución y las leyes; contribuyendo a generar las condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población.
Artículo 2º.- La Defensa Nacional constituye un derecho y un deber del conjunto de la ciudadanía, en la forma y en los términos que se establecen en la Constitución de la República y en las leyes. Es un bien público, una función esencial, permanente, indelegable e integral del Estado. En su interpretación confluyen coordinadamente las energías y los recursos del conjunto de la sociedad.”
Como decía el Cnel. ® Óscar D. Petrides, el 30 de julio de 1988: “La defensa de la nación es un tema de todos, que pagamos todos y que debe ser resuelto entre todos.”
Entre los objetivos programáticos centrales destacamos:
1- Avanzar en democracia hacia una democracia avanzada. Defender las conquistas populares y profundizarlas.
2- Necesidad de profundizar la democratización de las FF.AA, purificándola de los elementos fascistas que siguen apegados a la Doctrina de la Seguridad Nacional. La esencia de esta Doctrina es asegurar un marco de seguridad interior que permita la aplicación de las doctrinas económicas neoliberales. Hay que desplazar de la FF.AA. las actitudes nostálgicas, que aún persisten en integrantes de las mismas, que justifican las atrocidades que se cometieron durante la dictadura cívico militar fascista. (1973-1985). Se hace imperioso cambiar en la dirección de la Ley Marco de la Defensa Nacional aquellos aspectos que la contradicen que aún están en la Ley Orgánica del Ejército de 1974.
3- Cambiar los planes educativos que siguen siendo funcionales a una doctrina de origen extranjero e imperialista. Hay que cambiar los planes de estudio de los futuros oficiales. Además de la preparación específica, es imprescindible la formación en los valores democráticos y el respeto de los Derechos Humanos.
4- Participación popular en los planes de Defensa Nacional. Promover por todos los medios esa participación, de los civiles en las definiciones y programas de la Defensa Nacional.
Tenemos dos enemigos: el imperialismo y la oligarquía. El programa del movimiento popular debe ser por lo tanto: antiimperialista y antioligárquico.
¿Por qué persiste la peligrosidad del imperialismo en esta época?
A pesar del incremento récord en armamento no consigue la seguridad de dominar su patio trasero, por las luchas populares y por la presencia de actores emergentes que cuestionan su hegemonía, lo que lo hace más peligroso.
Por lo tanto están más vigentes que nunca los enunciados de los dos primeros artículos de la Ley Nº 18.650.
En nuestro país están amenazados varios aspectos que hacen a la soberanía. Últimamente se han dado pasos contrarios a los intereses nacionales.
La Constitución en el capítulo I, Artículo 3º establece en referencia a la Nación y su Soberanía que: “Jamás será el patrimonio de persona ni de familia alguna.”
En el libro editado por FUCVAM, “Estudios sobre la riqueza en el Uruguay” Mauricio De Rosa, economista uruguayo de proyección internacional, manifiesta, lo que viene estudiando desde el año 2016. Dice que 2.500 personas poseen el 90% de la riqueza empresarial y el 54 % de la riqueza financiera. Y la tendencia es a que se siga concentrando en menos manos.
Esta es la oligarquía enemiga de la Patria. Insaciable y vendida en cuerpo y alma al imperialismo, que no vacilarán de pisotear la Constitución si lo consideran necesario; como ya lo hicieron durante la dictadura, usando a las FF.AA. como su brazo armado.
Luchamos por la paz, pero ante tan poderoso enemigos, no podemos descartar en un futuro que una potencia extranjera nos pueda atacar.
Hemos perdido demasiado tiempo y eso daría para otras reflexiones. Se cometieron errores tácticos y estratégicos, que analizaremos en otro momento.
Una Doctrina distinta y necesaria
Necesitamos en lo que refiere a la Doctrina de la Defensa Nacional:
1- Una doctrina que se apoye en la unidad nacional, en el sentido de ir construyendo un Frente de Liberación Nacional, donde quedan excluidos los enemigos antes enunciados.
2- Unidad del pueblo con los militares honestos como decía el General Líber Seregni. Para eso sacar de las FF.AA. los elementos apegados a la Doctrina de la Seguridad Nacional.
3- Habría que desarrollar nuevos espacios donde se coordinen actividades entre civiles y militares, como se realizan en el SINAE.
4- Se tiene que concretar en la práctica la instrucción militar voluntaria, como un aspecto importante de la Defensa Nacional.
5- Llevar adelante en todos los aspectos necesarios un plan de democratización de las FF.AA. que implica:
a- Remoción de los altos oficiales que siguen apegados a una doctrina antipatriota, importada desde la potencia hegemónica.
b- Cambiar los programas educativos y promover vivencias que pongan más en contacto a los nuevos oficiales con la gente.
c- Promover nuevos espacios y afianzar los existentes en lo referido a la coordinación entre las FF.AA. y los civiles.