Al inicio del gobierno de la coalición conservadora se dio a conocer un documento sobre la nueva concepción de la defensa nacional -de nacional tiene poco-. Repite palabras más, palabras menos, las viejas ideas de las recomendaciones de la OEA y el Pentágono.
No es casual. Lo primero que hizo el gobierno de Lacalle Pou fue volver a ingresar al TIAR, que es un resabio de la Guerra Fría y que está controlado por EE.UU. con todo lo que implica.
Por eso este documento cuando analiza la situación mundial, hace un análisis muy superficial, que no tiene nada de inocente. De entrada meten actores no estatales que podrían llevar a conflictos entre Estados. “Dentro de este esquema la amenaza terrorista mantiene plena vigencia, diversificada y descentralizada con respecto al futuro” Y acota: “Como actor adicional y no menos importante, operando en muchos casos con el terrorismo, se proyecta particularmente el narcotráfico, redes del crimen organizado”
Hay un reiterado intento de eludir la misión fundamental de la FF.AA. que es lo que establece el artículo 1º de la Ley Marco de Defensa Nacional, Nº 18.650.
El caso Marset entre otras, dejó en evidencia que una cosa es lo que se dice y muy otra lo que se hace. ¿Lucha contra los narcos? ¿Las FF.AA?
El documento de marras dice que la UNASUR y el Consejo de Defensa del Sur fueron creados por afinidad ideológica, como si el actual gobierno no tuviera afinidades. ¿El TIAR, no tiene afinidades ideológicas? Las tiene y son las del imperialismo norteamericano.
El enemigo principal a través de gobiernos cipayos coloca al crimen organizado y al narcotráfico como un problema de seguridad y defensa, como dos caras de una misma moneda, para de forma disfrazada seguir con la Doctrina de la Seguridad Nacional. Esta no es la doctrina que necesita la patria de Artigas.
El documento parte de la base que Uruguay no tiene enemigos en el concierto internacional. Es el atajo para no formular la hipótesis principal de conflicto. Aparentemente la construcción de escenarios quedaría para un Libro Blanco de Defensa. Estamos a mitad de período y no se sabe su contenido.
En cuanto a las amenazas el documento enumera, diez. En la primera amenaza, que implica la defensa de la soberanía, no especifica el documento las medidas que se tomarían para defenderse de dicha amenaza. Lo que confirma el “vacío” antes mencionado, que se reafirma en el punto 10, donde recién y en último término, se habla de la aparición de conflictos regionales; que serían factibles por tensiones fronterizas de distinta índole, crisis diplomática, enfrentamientos armados puntuales y militarización de las fronteras. Llega a plantear que estos elementos aumentan la probabilidad de una guerra.
Hubiéramos empezado por esto último.
Según el General Óscar Petrides: “El punto de partida ineludible de toda temática militar es la fijación de una hipótesis esencial de conflicto correcta. Es decir en el campo de la defensa, que es el único que puede optar nuestro país, la agresión militar posible, probable o inminente. Si se parte de cualquier otra hipótesis posible pero de menor significación, sería transformar a las fuerzas armadas, todas, ejército, navales, aéreas, en asesinos de sus conciudadanos. Porque la otra hipótesis es obedecer una consigna extraña que muy poco tiene que ver con la verdadera Defensa Nacional.”
La seguimos la semana que viene.