Quedamos eliminados en el mundial.
Del camino es la recompensa, pasamos a que la fruta podrida presionara para que sacaran al Maestro. Al que nos llevó a cuatro mundiales, y en todos ellos pasamos a instancias posteriores. Las selecciones dirigidas por el Maestro, ninguna quedó eliminada en la primera fase, como la de los Alonsos.
La fruta podrida cae abajo del árbol. Querían restaurar y restauraron lo peor. Pusieron a Alonso en la AUF. Una combinación de poder político y grandes medios de comunicación crearon el ambiente para que les dieran el golpe de estado al mejor técnico de la historia del futbol uruguayo y un maestro dirigiendo grupos. La única vez que tuvimos un goleador de un mundial fue en 2010: Diego Forlán. Se jugaba con tres delanteros y sin miedo a perder. Por eso la gente salió a festejar un cuarto puesto, por primera vez en la historia de nuestro fútbol.
Los últimos rivales de la eliminatoria eran accesibles. Eligieron ese momento para darle el golpe. Hubo complicidades de algunos de los principales referentes de la selección y que no estaban en condiciones de estar en el plantel, porque los años pasan para todos.
El nuevo técnico cedió a las presiones y relegó, por ejemplo, a uno de los mejores jugadores en el fútbol brasileño: Arrascaeta. Que recién fue titular en el último partido e hizo los dos goles.
A Corea le ganamos en 1990 y 2010, y en Qatar empatamos, haciendo una de las peores presentaciones de Uruguay, en los mundiales. Contra Portugal, como vimos y lo reconoció Giménez se jugó para no perder. Con el Maestro, y con Ronaldo más joven, eliminamos a Portugal del mundial en Rusia.
A Alonso le faltó saber y sobretodo coraje. Por eso jugó con línea de cinco cuando los laterales que tenemos no son carrileros de categoría mundialista. Son buenos laterales. Esta forma de defenderse desarmó nuestras habilidades en medio y ataque. Daba la impresión que el equipo se armó en función de ciertos jugadores: Godín, por ejemplo, contra Corea, que jugó de libero porque el físico no le daba.
Y el técnico al final del último partido, ante la pregunta si tenía que hacerse alguna autocrítica, le echó la culpa al Bar. Alonso como nos vendió humo, se vivió contradiciendo en sus declaraciones. Primero dijo que íbamos con el objetivo de ser campeones -algo que nunca se puede decir y demuestra que es burrito- y luego ante el primer escollo cambió el discurso y empezó a decir que había que ir partido a partido. Una parte de los jugadores entendieron el mensaje y fueron perdiendo credibilidad en el técnico. Seguía teniendo el apoyo de Godín y Suárez, que demostraron que no estaban a la altura de este mundial. Esto la afirmo a pesar, del último buen partido que jugó Suarez. Godín porque llevaba casi un año sin jugar -pero es muy compinche de los presidentes- y Suarez no hizo ningún gol en tres partidos jugados. Jugar en Nacional no es lo mismo que jugar con los rivales que hay en un mundial. No estaba físicamente apto para jugar un mundial que se caracteriza por la intensidad y el ida y vuelta.
Varios periodistas, entre ellos Muñoz, que llegó a decir que antes alcanzaba con ir a los mundiales y que ahora había que ser campeón del mundo. Casi todos decían que era necesaria una renovación. Se pasaron dando manija para sacar a Tabárez y que Alonso era la renovación.
Godín defendiendo a Alonso, hizo referencia a los cambios significativos que hubo al final de la eliminatoria. Se cuidó de no mencionar al Maestro. ¿Por qué? Porque él fue parte como capitán de este proceso mundialista que terminó en un fracaso. Entre los que habían estado cerca, trajeron al “mejor” preparador físico del mundo. ¿Precisaban un motivador, además?
¿Estaban todos los jugadores en condiciones físicas óptimas para jugar un mundial? ¡Cualquier equipo corría más que nosotros!
Diego Forlán, se preguntaba si estaban en buenas condiciones todos los jugadores.
¿Todos tenían las horas jugadas necesarias para poder estar 100% del punto de vista técnico-practico?
Se notaba en varios jugadores que les faltaban partidos de fútbol. Godín venía sin jugar y relegaban a Coates que lo venía haciendo de gran forma en Portugal, por ejemplo. Araujo estaba lesionado. Cavani casi no jugó en España. Pelistri no jugaba de titular en su equipo. Suárez estaba para medio tiempo. Y De la Cruz el mejor jugador de River Argentino, jugó pocos minutos.
Jugadores que dieron muchísimo por la selección empañaron su exitosa carrera. No supieron retirarse a tiempo. Y su rendimiento decayó.
Alonso hizo todo para no ofender a los rivales y por eso perdimos por diferencia de goles. Si vos no priorizas en ataque, vas a hacer menos goles que los demás. Fuimos los que hicimos menos goles.
La vida demostró quienes ponen sus intereses por encima de los de la selección.
Con el fracaso en este mundial, la figura del Maestro Óscar Washington Tabárez se agiganta, y se empequeñece las de aquellos que llevan a nuestro fútbol a un lugar donde ya estuvimos.
Hay un correlato entre el fútbol y el poder. La madera con agua se pudre. Y nuestro “pinocho” todo lo que toca lo pudre.