Es noticia la carta de más de 2000 productores ganaderos al Presidente Lacalle Pou para que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, actúe ante la posible concentración del 50 % en el grupo Minerva Foods, del mercado de las carnes, con el consiguiente peligro que a los productores les paguen precios a la baja ante una concentración cuasi monopólica por parte de la multinacional brasileña.

Se veía venir.

La concentración y centralización de los capitales es una tendencia en el capitalismo. En EE.UU cuatro empresas controlan el 85% del procesamiento vacuno. En Canadá dos tiene el 90%. En Australia cinco el 54%. En Alemania, Francia y Gran Bretaña el 50% lo controlan cinco empresas.

En Brasil tres empresas controlan casi el 50%. Son: JBS, Marfrig y Minerva.

Precisamente, si Minerva le compra a la otra multinacional brasileña Marfrig, pasaría a controlar el 50 % de mercado, una sola empresa. Después agitan con la libre competencia los economistas y políticos neoliberales, que de liberales tiene solo el nombre.

Acá en nuestro país, la extranjerización de la industria frigorífica ha coincidido con la concentración, lo que otorga más poder a los que controlan el mercado, lo que puede traer prácticas perjudiciales para productores ganaderos, -sobre todo los pequeños y medianos- a los trabajadores y consumidores.

A los productores los puede perjudicar por el mayor poder de fijación de los precios por parte del grupo Minerva, por intermedio de reducir los precios del ganado a faena.

Minerva con esta compra tendría el 45% de la faena y el 65 % de la capacidad instalada. Tendría predominio en la carne de mayor calidad como el feedlot porque llegaría a tener 20.000 cabezas por día de su propio ganado para la faena. Sumado a que puede mover el personal entre sus diferentes plantas, manejar el seguro de paro al servicio de aumentar sus ganancias, podría además dilatar compras de ganado para bajar los precios de compra, porque la mayoría de los productores no podrían esperar mucho tiempo para vender.

La extranjerización y concentración de capitales y el mayor poder de estos industriales de la carne, podría producir un recrudecimiento de las condiciones laborales. Este grupo ya ha mostrado su actitud anti obrera y antisindical. Podría crecer el incumplimiento de los convenios salariales y la persecución sindical, el uso del seguro de paro en esa dirección, con uso excesivo de la rotación cíclica del mismo, para algunas plantas de faena como forma de aumentar el poder de negociación frente a los trabajadores.

Al tener más de una planta y capacidad ociosa se puede paralizar una o más plantas y aumentar la operativa en las otras. Ya lo ha hecho el grupo Minerva sin comprar las tres que están para ejecutarse.

Esto ya ha ocurrido. Como por ejemplo el pago de horas extras a trabajadores no sindicalizados.

Con la instalación de los Consejos de salarios en 2005 se fue recuperando el poder adquisitivo de los salarios en los trabajadores de la carne. Al cambiar la condiciones y en un contexto internacional adverso este grupo podría profundizar un proceso inverso.

Los consumidores se verían también perjudicarse. Podrían subir los precios de la carne en el mercado interno. Como Minerva controla el mercado en Paraguay y en gran parte en Brasil, podría aumentar las importaciones de carne de inferior calidad para vender en los supermercados y cobrarla a precio de una carne de mejor calidad.

La última palabra para frenar este proceso de concentración la tiene el Poder Ejecutivo, a quien está dirigida la carta firmada por más de 2000 productores. Minerva tiene buenas relaciones con Lacalle Pou y una parte importante de los ganaderos son blancos o de la coalición. El P.E. acepta la compra o la rechaza. Puede limitarla. Podrán recurrir a la exportación de ganado en pie para que una parte de los productores terminen conciliando, pero esto va en perjuicio de la mano de obra nacional y de los consumidores.

La industria frigorífica hoy en día exporta el 70%, de lo faenado. Las exportaciones de carne significan el 21% del total. Estamos hablando de una industria que sigue siendo estratégica. Es la principal rama de la industria manufacturera –el 15%- y donde trabajan en toda la cadena cárnica, de manera directa e indirecta miles de trabajadores.

Está en juego un parte importante de nuestra soberanía en este tema. ¿Cuál es el plan del movimiento popular? ¿Cuáles las propuestas de la izquierda?

Autor: Gonzalo Alsina

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