La renta absoluta es el alquiler de la tierra que le cobra el dueño de la tierra al que se la arrienda.
La renta diferencial es el plus que se logra en los ingresos por tener las mejores tierras.
No es como en la industria que a igualdad de condiciones se obtiene el mismo rendimiento. En el caso de la tierra, no. El que tiene mejores tierras a igualdad de condiciones de lo que se haga, el que tiene mejores tierras logra mayores beneficios. Porque la teoría del valor en este caso, está mediada por la calidad de las tierras, y el valor de las mercancías lo determinan los que están en peores condiciones y no las condiciones medias promedio, como en la industria.
Entender cómo funciona la estructura agraria, en relación a la propiedad y al acceso y el uso de la tierra, es determinante al analizar ciclos económicos, las luchas por el plusvalor, las características de los partidos, sus tradiciones y propuestas.
La tierra es clave para la actividad agropecuaria. Los ingresos están determinados por los tipos de tierra. Los que tiene el monopolio de las mejores tierras obtienen sin agregar más inversión, ganancias extraordinarias, por tener ese monopolio.
Los capitalistas que alquilan la tierra a los terratenientes ceden una parte de la plusvalía obtenida bajo la forma de renta absoluta, a los terratenientes dueños de la tierra, que se apropian de esa parte por el sólo hecho de ser propietarios de un medio de producción finito. O sea, que los terratenientes participan del reparto de la plusvalía sin cumplir ninguna función en el proceso productivo.
Los terratenientes existen desde la época colonial y luego bajo nuestra vida independiente.
Entre los años 2000 y 2020 la renta de la tierra que se quedaron los terratenientes pasó de 320 a 1.650 millones de dólares corrientes. Pero, a su vez, en un período de 100 años disminuyó la participación de esos ingresos en el PBI, pasando del 20% en 1919 al 4% en 2019.
Los terratenientes nunca fueron tan ricos como en estos últimos años, pero otros sectores crecieron mucho más que el agro, en su aporte al PBI. La economía uruguaya cambió mucho en un siglo.
Hoy en día los terratenientes no se apropian del 100% de la renta absoluta. Es más hay una tendencia a que más del 50% de la renta se la quedan empresas y sujetos extra-agrarios. Ente ellas muchas multinacionales vinculadas a la cadena del agro y de la industria.
Aunque parezca contradictorio con lo anterior, en el agro uruguayo predomina un variopinto grupo de pequeños capitales-terratenientes. En principio separamos la categoría de clase, entre capitalistas y terratenientes. Pero en la vida concreta muchas veces el terrateniente es a su vez capitalista. Se juntan en la misma persona el capitalista arrendatario y el terrateniente que arrienda la tierra. No necesita pagarse a sí mismo la renta absoluta.
A esto hay que agregar la diferencia entre el gran propietario, del mediano y chico.
En la estructura agraria uruguaya predominan los capitalistas-terratenientes. O sea, empresarios dueños de sus tierras que las usan para producir ellos sin alquilarlas.
En el último censo agropecuario del 2011, los empresarios-terratenientes representan el 70% de los establecimientos agropecuarios (32.857) y poseían el 50% de la superficie en propiedad y manejaban el 67% de la superficie productiva. Los empresarios arrendatarios controlaban el 33% de la superficie productiva y eran 11.757 establecimientos.
Si le agregamos el tipo de mano de obra y los productores familiares; en 2011 los capitalistas-terratenientes eran 14.480 establecimientos, que controlaban el 57% de las hectáreas productivas de todo el país. El 10% de esa superficie la dominaban productores familiares dueños de la tierra, unos 18.377 establecimientos. Las empresas capitalistas arrendatarias, unas 6.067, explotaban el 27 % y los productores familiares arrendatarios 6% de la superficie total con 5.690 productores.
Contra lo que muchos creen, el promedio que manejan los capitalistas -terratenientes y arrendatarios es de 750 hectáreas.
En la cúspide, las 40 empresas más grandes controlaban 2.000.000 de hectáreas. Si bien los establecimientos promedio controlaban el 75% del área productiva, los 40 más poderosos dominan más del 10 % de toda la superficie útil.
De por si la productividad en el agro es mucho menor que en la industria. El predominio en la estructura agraria de pequeños y medianos capitalistas explica en parte el bajo nivel de la tasa de ganancia promedio en el agro. ¿Por qué no emigran a la industria?
Porque no pueden, porque el tamaño pequeño limita la capacidad de acumulación necesaria, se reproducen con una tasa de ganancia que tiene de límite la tasa de interés y el salario de la rama. Muchos invierten en la producción de bienes de capital e insumos para el agro o en el procesamiento y distribución de los bienes del agro.
En los últimos 50 años los arrendatarios sin propiedad cayeron casi 90% y los propietarios crecieron un tercio.
O sea que ha habido un desarrollo capitalista en el campo.
En Uruguay, entre los terratenientes que arriendan, la inmensa mayoría son privados. Porque el INC con sus 400.000 hectáreas arrendadas a los colonos representa sólo el 2,5%.
Los terratenientes puros, que no explotan sus tierras, tienen el 30% de la superficie total.
Dentro de ese 30% total, un 66% lo controlan personas físicas, que habría que desglosar por sus tamaños y calidad de las tierras.
Habría que afinar más, para el caso de tomar medidas redistributivas, vía impuestos a la renta absoluta y a la renta diferencial, para no pegar al voleó. ¿Por qué no una retención del 5% a las exportaciones de soja en momentos que ésta sobrepase determinado precio de la tonelada?
En el período de bonanza si se les hubiera cobrado un 5% de retención, hubiéramos recaudado y tenido un fondo multimillonario para las épocas malas, en las que siempre recurren al Estado. Ahí les sirve el tan denostado Estado.
Si comparamos el nivel de concentración y extranjerización en el agro comparado con otras actividades económicas, es mucho menor. Existe, pero es menor en términos porcentuales y en cantidad de empresas monopólicas. La forestación es un caso aparte.
En el agro predominan empresarios pequeños dueños de sus tierras. Con una rentabilidad baja.
Mientras en el agro predominan empresas nacionales –existen de las otras- en la banca y la industria frigorífica predomina un reducidísimo grupo de empresas extranjeras.
En caso de meterse con las grandes del agro, no son tantas.
¿Dónde poner el acento? ¿En la propiedad, la escala o la nacionalidad?
El desafío para el bloque popular de los cambios estaría en desplegar políticas que permitan redistribuir mejor la plusvalía generada en el agro. En especial, ¿qué hacer con la renta absoluta y diferencial de la tierra? Políticas que ayuden a elevar la productividad en el campo, incorporando nuevas tecnologías y cuidando el medio ambiente y fundamentalmente distribuir mejor los ingreso de los trabajadores.