“¡Maniobras evasivas!”
Algunos de los sucesos de la política de nuestro país se presentan -casi- como si se tratara de una película infantil, en la que hay que entretener y hacer reír al público. Montan un show de la tragedia cotidiana, y para ello cuentan con el favor de los medios de comunicación, que tienen tantos intereses en juego que su voz y su silencio es fácil de conseguir, según sea la necesidad de los poderosos. Aquello de nos gobierna una agencia de publicidad, no sólo se institucionalizó, sino que parece que hasta les gustó a las autoridades, y no paran de apelar al recurso de desviar la atención y ocultar la esencia de los temas.
Es un escándalo -silenciado- que las autoridades de gobierno escondan o adulteren información de forma sistemática. Hace pocos días los creadores de Las perillas de la pandemia presentaron 4.000 niños pasaron a segundo año de Primaria sin tener las condiciones de ser promovidos. Muchas de las lectoras y lectores podrán pensar que estamos poniendo en duda un dato emanado de Primaria, y sí, es verdad, lo estamos poniendo en duda, porque no se presentó un método científico para la construcción de esa cifra. Pero, además, queremos incorporar otro elemento al análisis, porque nos parece de un cinismo brutal el planteo, puesto que quienes lanzan ese dato, así a la ligera, son los mismos que suprimieron la repetición en primero, tercero y quinto año escolar.
La frialdad con la que se anuncia el dato -suponemos- pretende generar el efecto de que se trata de un fenómeno natural, en el que no hay responsabilidades de gobierno, y al mismo tiempo generar la suspicacia, alimentando el sentido común construido, que machaca y machaca: la culpa es de las y los docentes.
Nosotros sentimos la obligación de señalar que esa realidad tiene responsables y son las autoridades de la Educación y su nefasta transformación. Importa destacar que todos los problemas que surgieron -y los que van surgir- son consecuencia del modelo educativo impuesto, que no ha generado ni un solo resultado positivo. Como decía la consigna: Esta reforma no soluciona los problemas, genera nuevos.
Además, la referida frialdad, también evidencia que no se trata de las y los niños que les preocupan, porque desde que volvieron al gobierno han dejado sin protección a las infancias, producto de los recortes de varias políticas sociales y del retiro del Estado de los territorios. La realidad indica que son las infancias quienes pagan las consecuencias del modelo de la desigualdad. Si tomamos las niñas y niños en edad escolar (entre 3 y 12 años) la pobreza supera el 20%. Es decir, 1 de cada 5 niñas y niños de las escuelas del Uruguay viven bajo la línea de pobreza.
Hace tiempo que insistimos con algunos conceptos, y la realidad rompe los ojos y estruja el nudo de la garganta, ha quedado demostrado que el actual gobierno de la derecha coaligada aspira a un sistema educativo público-estatal de bajo nivel general. En el que se garantice la incorporación de la mayoría para suministrarle los conocimientos mínimos que permitan su explotación alfabetizada, es decir, que forme tecnócratas explotados y al servicio de la explotación. Junto a ello el intento desesperado porque se concrete la transferencia de recursos del Estado hacia los privados.
“¡No se inquieten, ciudadanos! ¡La operación está en marcha!”
Inmediato a los datos de niñas y niños que están en segundo año -según las autoridades- sin las condiciones de promoción, se anunciaron medidas. Porque tiene que parecer que hay una preocupación por los procesos de aprendizaje. Y eso es creíble únicamente en el análisis hemipléjico de las autoridades, porque alineados a las exigencias del Banco Mundial y la OCDE, decidieron bajar los índices de repetición de forma artificial.
Visto que estamos en un año electoral tienen que mostrarse sorprendidos y preocupados por los resultados obtenidos. Y en sus conferencias de prensa ofrecer -vender- la seguridad de que hay un plan para abordar la problemática. En buen romance se hacen los preocupados por resolver los problemas que se generaron o agravaron a causa de sus políticas.
Ahora bien, importa dejar bien claro que las niñas y los niños que pasaron de primer a segundo año lo hicieron porque la promoción, a partir de la transformación educativa, es compulsiva y no porque hayan aprendido más. Y esa situación es -como dijimos antes- consecuencia de decisiones políticas.
Ahí queda al desnudo la política educativa de este gobierno, porque la cuestión no es la democratización del conocimiento, el objetivo es alinear el tipo de humano al que se forma con el proyecto de sociedad que impulsan. Su propuesta está en sintonía y potencia el viejo concepto de homo economicus, es decir, ese humano egoísta, frío, calculador, que busca maximizar su beneficio económico y disminuir sus niveles esfuerzo. Aquello que denunciaba Freire respecto a que mientras sigan existiendo relaciones de dominación habrá deshumanización.
En sintonía con eso la transformación educativa sustituye el modelo integral de Educación por un modelo que pone énfasis en lo instrumental, en las habilidades, en lo que la persona puede hacer, no importa lo que puede comprender y muchos menos lo que debe cuestionar. Lo que está claro es que el ataque a las disciplinas, es un ataque al pensamiento científico, que se caracteriza por no abordar conceptos y va en línea con las ideas de flexibilidad tan propugnadas.
Por su parte, es importante destacar que tenemos dudas respecto a lo que pueda pasar con los anuncios de acciones, puede que las propuestas nunca lleguen a las escuelas o que lleguen de formas que impidan que tengan alguna efectividad. Porque la cuestión para este gobierno no es resolver el problema, es que el electorado crea que quieren resolverlo.
"¡Señoras y señores, prepárense para el acto más increíble de todos los tiempos!"
Otra de las maniobras distorsivas del gobierno de la educación fue maquillar los datos que presentaron en su conferencia de prensa del inicio de año. Podemos decir sin novedades en el frente, porque nadie esperaba otra cosa, pero ¡se les fue la mano!
En esa instancia las autoridades señalaron que bajó la matrícula, y que debido a ello hay menos cargos, llegando a expresar que: no podemos hacer grupos si no hay alumnos, con lo que pretenden justificar que dejaron a cientos de maestras sin trabajo y que lo que se les ofrece hasta el momento es la nada misma.
De todas las iniciativas presentadas por el sindicato respecto a este tema: que no se realicen más reajustes de cargos, que se concrete la creación de cargos de maestras de apoyo y comunitarias, al igual que la creación de cargos de asistentes técnicos en primera infancia y la creación de cargos para grupos con más de 30 niñas y niños… lo único que resolvieron hasta el momento, fue aumentar la cantidad de suplencias por artículo 662 que se pueden hacer al mes, pasando de 10 a 15 días.
Pero los temas no se terminan tan pronto -o por lo menos no para todos- porque en esa conferencia también plantearon que existían 9 grupos con más de 36 niñas y niños, obviamente construyendo la idea de que tenemos un pequeño problema de clases superpobladas, porque el número 9 sugiere eso.
Estudiando la tabla construida por la propia administración podemos ver que ese 9 refiere sólo a Montevideo, y que el total nacional con grupos de 36 o más niñas y niños son 62, lo que igual sigue pareciendo poco. Pero el escándalo se arma cuando miramos y vemos que casi 1.200 grupos tienen 30 o más niñas y niños. Es decir, pasamos de 9 a 1.200 en pocos segundos.
Más escandalosa es la cuestión cuando vemos que casi la mitad de los grupos de educación inicial tienen 30 o más niñas y niños por clase. Se supone que las y los niños más pequeños demandan mayor atención y más individualizada, pero ese problema no entra dentro de las preocupaciones de las autoridades, porque como ya dijimos plantean que el problema de las clases superpobladas son únicamente 9 casos. ¡Y ese 9 es el que sale en los titulares y con letras grandes!
Las ratios son construcciones complejas, y mucho se puede decir al respecto, pero en Uruguay hace años que existe un acuerdo mínimo en el que planteamos que los grupos no pueden superar las 25 niñas y niños por clase, y estamos muy lejos de ese objetivo. Además, es preciso tener presente que esa cifra tiene que tener ajustes cuando pensamos en educación inicial, en educación especial y en escuelas insertas en contextos socio-económicos críticos.
"¡Esto es espionaje de alto nivel!"
El tema seguridad sigue siendo un eje central dentro de las preocupaciones de la opinión pública, y alineados con su discurso de la represión, las autoridades de la educación han definido poner cámaras de video vigilancia en las escuelas ¡así nomás, sin vueltas!
No se proponen -ni se piensan- cambios que afecten las estructuras de la desigualdad que dan lugar a la violencia en la sociedad, no hay pensada ni una medida que combata los problemas de fondo. Como ya hemos mencionado, los indicadores señalan que en estos años de gobierno de la coalición de derecha las desigualdades se incrementaron de forma sustantiva, y no fue por accidente, fue porque se priorizó a los malla oro.
Entonces, como por generación espontánea aparecen estas soluciones de las autoridades para afrontar la violencia, que en esencia sólo son grandes negocios, en los que empresas privadas van a instalar centenares de costosísimas cámaras para ver lo que sucede en las escuelas. Sin dudas, es imperioso investigar la ruta del dinero, porque el magro presupuesto, que no alcanza para muchas políticas necesarias para los aprendizajes, sí alcanza para convertir las escuelas en un Gran Hermano.
Ahora bien, el centro del problema no es la plata, es la concepción represiva que prima. Y las incertidumbres se llenan se certezas cuando nos enteramos que la visualización y responsabilidad de las imágenes será potestad de las empresas. Es decir, empresas privadas de seguridad van a tener en su control las imágenes de todo lo que sucede en las escuelas. Y quién sabe cómo será el manejo de los derechos de imagen de las niñas y niños que están dentro de los centros educativos, y quién sabe dónde se almacena esa información, y quién garantiza que esas imágenes no se filtran o se venden…
El ejercicio del control al estilo del panóptico de Foucault, todas y todos los actores de las escuelas vamos a estar bajo observación, por personas que desconocemos, personas que son ajenas a los centros educativos y que responden a intereses económicos de privados. Sin dudas, en su intención de obtener individuos normalizados y al servicio de los intereses de los poderosos hacen cualquier cosa.
"¡Bailen, mis pequeños pingüinos, bailen!"
Por su parte nadie de la coalición de gobierno ha aceptado debatir con integrantes del movimiento sindical, siempre con excusas evitan habilitar los espacios de intercambio que puedan ilustrar a la ciudadanía respecto a las diferentes posiciones sobre temas sensibles. Hace poco un candidato a presidente se negó a debatir con Marcelo Abdala sobre el plebiscito respecto a la seguridad social, y otro candidato a presidente hizo lo propio con el planteo de Emiliano Mandacen, quien lo convocó a debatir sobre educación.
Asistimos a una forma de política vista como una puesta en escena, sin esencia, sólo con apariencias, en la que predominan las ideas de asesores que recomiendan no explicar lo que se va a hacer porque eso no es lo que le interesa a la gente. Y, por lo tanto, es mejor mostrarse comiendo choripanes, andado en ómnibus o saltando alambrados, que explicar cómo -por ejemplo- pudo destruirse una prueba en la propia Torre Ejecutiva de un caso muy sensible para la justicia uruguaya.
Ante todo este panorama, es imprescindible que despleguemos la mayor cantidad posible de instancias de análisis, intercambio y debate colectivo. Porque la cuestión es que enfrentamos un evidente intento de manipulación, para que la información llegue a las grandes mayorías filtrada y funcional a los intereses de los sectores de poder.
Por lo tanto, cada conversación con una compañera o compañero es valiosa, cada intercambio en el que podamos correr el velo y se permita ver lo que se esconde detrás de algunas maniobras, es una acción vital, que habilita la perspectiva de cuestionar las formas de dominación que se están llevando a cabo y desde allí construir lo nuevo.
En esa construcción de espacios colectivos se forja un concepto, que tiene que estar en el centro de todas las polémicas, y es la necesidad de asumir que no existe nada que no sea susceptible de ser cambiado. Y cada una y cada uno es capaz de aportar, con diferentes acciones, para que esa transformación sea posible. Porque no podemos aceptar que este es el mejor de los mundos posibles.
En síntesis, estamos convocando a defender la Educación Pública, a proteger los derechos de las infancias, a pelear por el presupuesto educativo, a reclamar mayores salarios, a luchar por mejores condiciones de vida… Estamos convocando a construir la esperanza colectiva.