“Puede parecer utópico pensar en una acción educativa contraria a las fuerzas poderosas, pero hay innumerables ejemplos en la historia.”
Primero le entregaron un pasaporte a Sebastián Marset, un narcotraficante que estaba preso en Dubái, por tener un pasaporte paraguayo falso. Ahora una banda de delincuentes vendía pasaportes originales pero con datos falsos a ciudadanos rusos en la torre ejecutiva.