La acusación por narcoterrorismo, acompañada por el ofrecimiento de una recompensa por la captura de Nicolás Maduro junto con varios altos funcionarios del gobierno venezolano, es la típica reacción de “pegar primero” por parte de Estados Unidos.
El coronavirus ha desatado un torrente de reflexiones y análisis que tienen como común denominador la intención de dibujar los (difusos) contornos del tipo de sociedad y economía que resurgirán una vez que el flagelo haya sido controlado.
Existen expresiones en las que se intenta bloquear al movimiento social, satanizando cada una de sus acciones, intentando generar la idea de que pretendemos desestabilizar al gobierno.