El 20 de abril ocurrió un hecho insólito: se pagaba a las empresas que recibieran y almacenaran petróleo en el mes de mayo. Impactado por este hecho y reconociendo mi ignorancia revisé algunas fuentes confiables para presentar aquí las principales explicaciones de los analistas especializados.
Te pago si me sacás este clavo
El consumo de petróleo bajó por que con las medidas de combate al COVID 19 se utiliza menos el transporte de personas y de carga, los aviones no vuelan y las fábricas redujeron su actividad. Pero la producción de petróleo no se redujo en la misma medida y en los próximos meses no hay donde almacenar el sobrante.
La consolidación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y el aumento del control sobre la extracción por gobiernos progresistas permitió regular la producción para evitar que superara la demanda y logró un persistente aumento del precio que alcanzó un récord en julio de 2008 con $ 140.73 dólares por barril.
Las invasiones de Kuwait, Irak y Libia así como las diferentes necesidades de los miembros de OPEP contribuyeron a que se frustrara la regulación de la producción, a que esta superara la demanda y se iniciara una tendencia a la baja del precio del petróleo.
Una estrategia recurrente de Estados Unidos y sus aliados para atenuar las caídas del precio es someter a boicot a determinados países productores para inhibir su capacidad exportadora de crudo. Se hizo con Iraq y con Libia, hoy se aplica la misma estrategia con Irán y Venezuela. Cuando algunos de los mayores exportadores quedan fuera del mercado, otros países no necesitan recortar su producción para estabilizar los precios (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI).
Se sumó la incorporación de la técnica de fracturación hidráulica (“fracking” en inglés) que permite obtener petróleo de esquistos bituminosos (“shale” en inglés) con altos costos y graves consecuencias para el medio ambiente, pero que permitió a los Estados Unidos duplicar su producción y reducir las importaciones, lo que contrajo la demanda mundial y aceleró la tendencia a la baja de los precios.
La fracturación hidráulica, que consiste en extraer la materia orgánica de las rocas a través de procedimientos muy agresivos con la naturaleza, genera enormes daños medioambientales que en muchos casos son irreversibles (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI).
En 2020 el conflicto entre China y Arabia Saudita impidió la reducción de la producción para sostener el precio, el precio bajó y las empresas que producen a costos más altos empezaron a tener dificultades. En primer lugar las que utilizan el “fracking” así como las canadienses que tienen un costo de 45 dólares por barril, mientras que en Rusia y Arabia Saudita el costo es de 10 dólares. (Luis Nassif ,22/04/2020, ALAI)
Una operación común en los mercados de materias primas son las “compras a futuro” que consisten en comprometerse a pagar un precio en determinada fecha y comprar determinada cantidad. Los pronósticos sobre el consumo de petróleo se equivocaron, el consumo fue mucho menor al proyectado, las refinerías no están interesadas en adquirir crudo ante el exceso de oferta y como consecuencia en el mes de mayo no hay donde almacenar el petróleo comprado.
Deambulan por los mares del mundo decenas de superpetroleros con más de 160 millones de barriles de crudo que no encuentran destino, esta cantidad se duplicó en una semana y los buques esperan que algún comprador se decida a recibirlo gratuitamente, incluso con los costes a cargo del proveedor. (Eduardo Giordano, 24/04/2020, ALAI)
A la empresa que pudiera recibir mil barriles de petróleo West Texas International en mayo en Cushing, Oklahoma, punto en el que se cruzan los principales oleoductos, se le pagaría 37.630 dólares (Neil Irwin, NYT, 21/04/2020).
Los bancos se ensartaron
El “fracking” permitió multiplicar la producción en los Estados Unidos y a principios de 2019 era el mayor productor mundial de crudo. Pero el Covid-19 y en marzo el final de la tregua entre Arabia Saudita y Rusia, bajo la cual ambos países limitaron la producción para apuntalar los precios, propició la caída del precio en un 33% en un día. Las acciones de las empres del sector energético cayeron un 20 por ciento y la empresa Whiting Petroleum se declaró en bancarrota (Bethany McLean en el NYT, 10/04/2020).
Las pérdidas que genera el “fracking” eran conocidas a principios de 2015, el administrador de fondos David Einhorn anunció en una conferencia que los estados financieros de 16 empresas del ramo de 2006 a 2014, gastaron $ 80 mil millones más de lo que recibieron por la venta de petróleo. En 2019 con un precio de 55 dólares por barril solo unas pocas empresas de primer nivel eran rentables, pero con las bajas tasas de interés que se podían obtener con depósitos bancarios o deuda pública, los inversores en busca de mayores rendimientos estaban dispuestos a comprar los títulos de deuda de las petroleras. En los últimos 10 años, toda la industria energética ha emitido más de $ 400 mil millones en deuda que paga altos intereses. "(Tamir Kalifa, The New York Times)
La consultora Rystad Energy estima que incluso si el barril recuperara los 20 dólares, 533 firmas estadounidenses del petróleo podrían declararse insolventes en el 2021 y si los precios se quedan en 10 dólares podría haber más de 1.100 quiebras, casi la totalidad de las compañías. De acuerdo con el último informe de Haynes & Boone, las firmas de exploración y producción tienen en estos momentos una deuda acumulada de 120.000 millones de dólares aproximadamente.
Los impactos de la situación sobre el sistema financiero mundial son graves por que “Las cuatro mayores entidades norteamericanas, JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, han invertido cada una de ellas más de 10.000 millones de dólares sólo en el 2019 en el sector del fracking petrolero, según Statista. Y ahora estas empresas petroleras corren el serio riesgo de declararse insolventes, con lo que los bancos pueden quedarse con papel mojado en sus balances.” La crisis petrolera puede tener como una de sus consecuencias una crisis financiera (Pergiorgio M. Sandri, La Vanguardia de Barcelona. 22/04/2020).
El economista norteamericano, premio Nobel de Economía, Paul Krugman fue contundente tuiteando que “El fracking parece ser una gran burbuja alimentada por deudas, y los intentos de ajustar las cuentas probablemente estén condenados al fracaso”
La muleta del Estado
El petróleo, materia prima fundamental, es un instrumento de poder. Los Estados Unidos trataron de asegurarse las fuentes con golpes de estado, con invasiones, con acuerdos con dictaduras crueles como la de Arabia Saudita y durante los últimos años, buscando la autonomía energética utilizando técnicas que deterioran el medio ambiente. Pero la anarquía del capitalismo y su fragilidad contemporánea hacen dudar de que se mantenga este objetivo y al mismo tiempo, se pueden pronosticar importantes impactos sobre la estabilidad del sistema financiero mundial.
Estados Unidos alcanzó un acuerdo con Rusia y Arabia Saudita para reducir la producción en 9,7 millones de barriles diarios a partir de mayo, pero si el consumo se reduce un 30% como proyectan algunos analistas, no solucionará los problemas de rentabilidad. Las refinerías de petróleo no compran crudo porque no hay demanda de gasolina, si los recortes en la producción son insuficientes y los depósitos se saturan, los precios del petróleo a corto plazo tienen que caer a unos 10 dólares por barril, un nivel en el que muchos productores no pueden cubrir los costos. (Reuters Breakingview)
El miércoles 22 el precio comenzó a subir, el barril de petróleo Brent que había bajado hasta 16 dólares subió a 20 dólares, un tercio de su valor de comienzo del año y llegó casi a 22 dólares el viernes 24. El West Texas International también se recupera de su cotización negativa (Marcos Lema, El País de Madrid, 22 de abril).
Suponiendo que el precio del petróleo se estabilice en estos niveles, un escenario posible es que operen los mercados, quiebren las empresas de “fracking”, los bancos que les prestaron tengan grandes pérdidas y alguno podría quebrar. Con un precio del petróleo Brent por debajo de los 25 dólares por barril no sería viable un 10% de la producción (Luis Nassif 22/04/2020, ALAI).
El escenario que parece más probable es otro, por la importancia política de la autonomía energética el gobierno de los Estados Unidos, republicano o demócrata, apoyará el financieramente a las empresas de “fracking” y las subsidie, permitiendo que sigan funcionando con pérdidas considerando que su papel político es más importante que el resultado económico y que por lo tanto es plata bien gastada. Ya ocurrió durante 2008 apoyando a los bancos quebrados para evitar la profundización de la crisis, inyectando miles de millones de dólares durante varios meses. El capital y los gobiernos que lo expresan no aplican la ortodoxia liberal ni esperan que la mano invisible actuando en los mercados asigne los recursos, es sólo ideología que se utiliza para exportar y dominar mejor a los gobiernos de los países dependientes.