El presupuesto es fundamentalmente la expresión financiera de un programa de Gobierno, por ello dispondrá los recursos priorizando lo que determinado gobierno pretenda hacer, así como negará recursos para las acciones y políticas que este no considere relevantes. Es en resumidas cuentas una priorización de gastos e ingresos que expresa una visión ideológica y una concepción del hombre y del mundo.
La actual coalición parda en el gobierno representa un espectro de derecha y de ultraderecha, con una concepción del mundo claramente Neoliberal. Esto último no es un adjetivo sino que expresa una concepción determinada del mundo y de la sociedad y su Programa representa un conjunto lógico con los valores que sostiene.
Desde nuestra concepción además estos valores surgen de su identidad social y esta responde antes que nada al lugar que ocupan en la producción, en la organización del trabajo, en la distribución y en la apropiación de lo producido por la sociedad. Es decir expresan en concreto los intereses de la clase social a la que pertenecen.
Esto es ni más ni menos que lo que sustenta el discurso del presidente de la ARU, justificando la desigualdad. Una desigualdad atroz, como bien lo demuestra el estudio realizado el 34.7% de la riqueza en nuestro país la tiene el 1 % más rico mientras el 50% más pobre posee solo un poco más 5% de esta. Es decir que 1 persona de este 1% posee la misma riqueza que 4075 uruguayos del 50% de la población, y esto es un promedio ya que dentro del 50% hay quienes no poseen nada y tampoco dentro del 1% más rico todos poseen lo mismo.
Estos son los malla oro que habla el Gobierno quienes no deben pagar impuestos y que defienden la desigualdad, y a estos integrantes del 1 % es a quién beneficia realmente esta Ley presupuestal. Trataremos de analizar entonces sus puntos desde sus supuestos ideológicos.
El programa parte de una visión que sostiene que la iniciativa privada es la que promueve el desarrollo. Según esta concepción es el esfuerzo individual por obtener el máximo beneficio lo que permite el desarrollo competitivo y moviliza a cada persona, para esforzarse por alcanzar sus metas. La imagen es el camino del emprendedor que triunfa por su esfuerzo, lucidez, compromiso, y su capacidad para tomar decisiones.
La sociedad desde esta concepción es un conjunto de individuos que toman decisiones individuales y el resultado de estas decisiones se realiza de acuerdo a la validación que otros individuos le dan en el mercado. Esta concepción no es nueva ni original, podemos rastrear sus inicios desde 1870 como respuesta de la burguesía a la Economía Política Clásica inglesa, particularmente a David Ricardo y Adam Smith , los cuales al reconocer el carácter objetivo del valor terminan admitiendo que es producto del trabajo incorporado a la producción.
La Burguesía que ya había dejado de ser revolucionaria necesita construir un discurso que niegue este hecho, considerado extremadamente peligroso, por lo cual va a desarrollar una teoría subjetiva del valor expuesta fundamentalmente por Willian Jevons y Car Menger, desde lo que se dió a conocer como la revolución marginalista. A su vez la economía clásica también recibe otro tipo de críticas, continuando con la teoría objetiva del valor pero esta vez desde la izquierda y representando los intereses del proletariado.
En 1867 se publica el primer tomo del Capital, causando un verdadero terror en la burguesía. Por todos los medios esta teoría debía ser desacreditada, desvalorizada, y resistida. Esto no se debe a un interés científico sino que responde a un interés político clasista. Eugen Böhm von Bawerk quien va a ser una de las figuras más destacadas en este combate al marxismo y de los primeros integrantes de la Escuela Austríaca, desarrolla y profundiza la teoría de Menger buscando deslegitimar “científicamente” la Teoría del valor trabajo y fundamentalmente la idea de apropiación privada del excedente producido socialmente bajo la forma de plusvalía.
Dentro de esta Escuela economistas como Ludwig von Mises y su discípulo Friedrich Hayek van a continuar y profundizar estas ideas, basados en el individualismo metodológico. Este último en 1970 recibe el Premio Nobel de economía, legitimando así el posicionamiento ideológico de esta escuela.
En 1947, Hayek participa activamente en la fundación de la Sociedad Mont Pelerin, financiada por el empresario suizo Albert Hunold. Éste reúne a industriales y banqueros suizos a fin de financiar el “Think Tank”. Las reuniones internacionales son financiadas, en un primer momento, por las fundaciones Relm y Earhart, esta sociedad reunirá a monetaristas como Milton Friedman, a miembros de la escuela del Public Choice como James M. Buchanan, así como a personalidades asociadas a la corriente neo austríaca.
Esta sociedad y sus supuestos filosóficos, económicos y sociales son los que luego van a ser conocidos con el nombre de NEOLIBERALISMO, y sus integrantes cumplieron roles destacados en los gobiernos de Ronald Reagan, Margareth Tatcher y la dictadura de Augusto Pinochet. La misma procura conformar “un movimiento ideológico debe afrontarse con argumentos intelectuales y una reafirmación de ideas válidas” para “realizar propaganda”.
Rober Higgs(2011) sostiene que esta sociedad tuvo un éxito formidable:
“¿Tuvo éxito la sociedad Mont Pèlerin en atajar la marea de estatismo en occidente? Indudablemente la posición intelectual de las ideas liberales clásicas ha mejorado, especialmente durante los últimos 20 años. El socialismo, la bête noire de Hayek, ha sido más o menos desacreditado, excepto en los enclaves alojados en la universidad. Los políticos occidentales hablan hoy abiertamente de privatizaciones y desregulaciones y de vez en cuando actúan consecuentemente. En el momento más oscuro del liberalismo clásico, la sociedad Mont Pèlerin buscaba, en apropiada metáfora militar de Max Hartwell, “salvar la bandera” y “renovar el ataque” (Higgs. R, 2011 El sueño de la Sociedad Mont Pèlerin).
Este éxito además ha creado la idea fuerza que sostiene que el ser humano por sí solo y en competencia con otros puede creativamente diseñar el mundo según su capacidad emprendedora y desde el esfuerzo individual de los mejores crear un mundo libre, feliz y justo.
Cualquier límite impuesto a esta creatividad de los mejores, de intervencionismo por parte del Estado, de política redistributiva, atenta contra la libertad y lleva a los humanos a la servidumbre según esta escuela. Lo único aceptable es una supuesta “igualdad de oportunidades”.
Debemos recordar que esto no es un pensamiento científico, sino que desde su nacimiento nace como un operativo ideológico para legitimar a una burguesía que ya se había transformado en clase dominante. Es por tanto escrito contra cualquier forma de posicionamiento político ideológico de continuar los grandes postulados de libertad, igualdad y fraternidad, por la única clase que consecuentemente puede llevarlos hasta el fin, esto es el proletariado moderno.
Esta es la ideología que se encuentra detrás del discurso de la ARU, del relato de la coalición parda en el gobierno y que constituye la base de valores que se expresa en el programa de gobierno que da lugar a este presupuesto nacional.
Para poder construir una mentira que legitime la brutal desigualdad en que vivimos y que los pobres se echen la culpa de serlo, estos propagandistas de la explotación va a sostener que la izquierda parte desde una equivocación que es desconocer el carácter ontológicamente individualista y egoísta-hedonista, del ser humano, tratando de construir una igualdad ficticia que atenta contra la libertad y la oprime.
Para ello esta izquierda va a utilizar el aparato Estatal para distribuir forzosamente la riqueza aplasta la instintiva búsqueda de beneficios en tanto iniciativa individual y privada, premiando justamente a quienes no tiene iniciativa, a los actores rezagados, más atrasados de la sociedad, o más débiles, creando un vínculo perverso donde lo que se premia es la ineficiencia, la holgazanería la incapacidad de asumir riesgos sin darle a los pobres los instrumentos, ni la esperanza para salir de su pobreza.
Además según este sofisma neoliberal el aumento sostenido del gasto sin estar acompañado de un aumento de la productividad del trabajo va a generar un mayor desfase entre la oferta y la demanda lo que a su vez va a presionar hacia arriba los precios y eso va a traer como consecuencia presionar al alza el costo de la vida, disminuyendo también el poder de compra de aquellos que trabajan.
El programa de la coalición recoge plenamente esta mentira, este relato creado para combatir cualquier posibilidad revolucionaria o transformadora y lo transforma en Ley presupuestal. Recorta derechos sociales, porque justamente piensa que no son derechos sino una afrenta comunista a los únicos derechos existentes, los que surgen de la propiedad privada y de la libertad de los que tiene riqueza.
El programa de la coalición parda liberalfacista pone en números lo que sus patrones de la ARU y un solo Uruguay le reclaman: Uruguay para los “Empresarios”, un Uruguay for export, sin leyes sociales, sin cuidados, sin salarios negociados un Uruguay concentrador y excluyente, donde los únicos que merecen algo son los ricos y los milicos. Un Uruguay de ovejas custodiadas y peones rebenqueados, con muchos jardines y pocos sindicatos.
En definitiva un Uruguay ANTI ARTIGUISTA donde los más felices sean los más privilegiados
Robert Higgs ,2011. El sueño de la Sociedad Mont Pèlerin (Publicado el 31 de mayo de 2011). Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí: http://mises.org/daily/5330. [The Independent Review, Primavera de 1997]