Gato por Liebre

Lo de Lacalle Pou realmente es preocupante, en un Tweet enumera 26 razones que le darían a la LUC un carácter popular además que es justa y necesaria.

Entre estas razones hay algunas que particularmente llaman la atención y que queremos analizar. Dice el Presidente que “elimina la obligación del cobro del sueldo a través del sistema financiero dejando en libertad al trabajador para elegir el medio de pago que más le convenga.”

Es decir que según Lacalle el trabajador vería menoscabada su libertad individual porque se le obliga a cobrar el salario a través del sistema financiero y a partir de esta ley el trabajador elegirá el medio que más le convenga.

Para analizar este planteo debemos  partir desde un reconocimiento de que el la realidad existe una relación desigual entre el trabajador y el patrón, siendo fundamentalmente este último quien  define los medios de pago.  En la realidad  lo que la Ley debería decir es que elimina la obligación del patrón de pagar a través del sistema financiero, permitiendo elegir este la forma de pago que más le conviene al patrón.

Si los trabajadores cobran parte del salario en tickets alimentación,  no es porque estos lo eligen libremente, sino porque existe una legislación que fomenta pagar de esa forma, las cuales exoneran hasta un 20 % de los que deberían tributar si ese monto lo pagan en dinero. Es obvio que el beneficio es a la empresa y que si el trabajador lo acepta es porque estas están más que dispuestas a pagar una parte del salario disminuyendo sus costos tributarios.

Dicho de otra forma la LUC nos retrotrae a un sistema anterior donde por no existir controles se alentaba desde el estado la evasión fiscal, el pago de horas extras en negro, las remuneraciones subdeclaradas, o incluso el pago en especie.  Evidentemente que existen trabajadores que podían aceptar estas formas de pago, incluso a costa de sus derechos , para agarrar un peso más cobrando en negro.

Pero ello lejos de tener que ver con la libertad está determinado por su opuesto,  por la necesidad de sacar aunque sea de forma perjudicial a la larga algún peso más de la venta de su fuerza de trabajo. Tratar de hacer pasar la utilización de la necesidad  de un trabajador por la expresión de la libertad individual es cuando menos bastante hipócrita, máxime cuando al mismo  tiempo se le plantea reducir  su salario real para que sea la clase trabajadora quien pague los costos de la crisis.

En la misma línea de argumentación por el absurdo el Presidente Lacalle sostiene que esta Ley  “permite que el trabajador ejerza libremente su derecho a acceder al lugar de trabajo y su derecho a trabajar, en caso de conflictividad laboral”. Esto en sí es ridículo lo que se coarta es el derecho de huelga de los trabajadores en la modalidad de ocupación del lugar de trabajo, tan ridículo es este planteo como sería votar una Ley a favor del derecho de No Huelga o de No afiliación sindical.

El trabajador que no respeta una medida de huelga normalmente lo hace porque antepone su necesidad inmediata frente a la posibilidad de percibir  una pérdida, por ejemplo un descuento por el paro realizado  o miedo a perder el trabajo. Podemos juzgar esto como equivocado o justificarlo, pero  plantear que se protege el ejercicio libre de un trabajador a tener miedo que lo echen o que le descuenten los jornales que el patrón se niega a pagar porque los trabajadores están llevando adelante un derecho( este sí) como es la huelga al  menos suena bastante absurdo.

Es como decir que se protege el derecho a no denunciar de una víctima de violencia domestica, frente a las presiones que esta puede recibir para que denuncie al golpeador.

“Porque se declaran ilegítimos los piquetes y se garantiza la libre circulación de personas, bienes o servicios en espacios públicos o privados de uso público”, continúa el señor Presidente de la República. Es importante el uso del término que se eligió para demostrar el carácter popular, justo y necesario de esta medida. No es que se declaren ilegales, sino ilegítimos.

 Si la legalidad es que de una determinada conducta  estará sometida a lo que prescriben las normas y por tanto ilegal es una conducta contraria al sometimiento a lo que las normas prescriben, la legitimidad es más compleja de definir  políticamente se relaciona con la capacidad de un poder para obtener obediencia de la sociedad sin recurrir a la coacción como amenaza de la fuerza.

También se habla de legitimidad   cuando una norma jurídica es obedecida por el reconocimiento del pueblo  de la validez respecto de la ley creada y expresa el consenso en torno a su contenido ético.  O sea que los piquetes según el Presidente  son declarados  anti éticos, y su existencia no es de acuerdo con la razón o con lo que se considera justo o razonable. Existen porque un poder hace piquetes para obtener la obediencia de la sociedad por la fuerza.

Lo realmente preocupante de esto es que mediante estos razonamientos absurdos se busca ocultar lo evidente, se va a perseguir la protesta que el modelo económico que se quiere implementar genere. Lo más ridículo es que esto se dice se hace en nombre de quienes van a ser perjudicados por el modelo de país que solo privilegia a los malla oro, empobreciendo a la mayoría de la población.

El señor Presidente, blindado en su muro mediático insiste en tomarle el pelo a nuestro pueblo, insultando su inteligencia y queriéndonos pasar gato por liebre.

Autor: Diego Alonso

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