Arte: Fotograma de Stanley Kubrick, 2001 una odisea en el espacio.

Manini, LGTBI+, y la conspiranoia.

El terrateniente militarizado, devenido en senador plantea una declaración que parece buscada entre videos en youtube de temas concernientes a la conspiranoia de temáticas terraplanistas, reptilianas y toda esa fauna fantástica que pulula tratando de dar una explicación prenatural a lo que hace más de 200 años tiene explicación científica, esto es las contradicciones intrínsecas del capitalismo y los problemas que supone para la realización de la vida humana, una vez culminado su carácter revolucionario.

Lo que limita la vida es la incompatibilidad de la vida misma con un sistema, que además está cada vez más cerca de la acumulación por desposesión, que organiza el tiempo de mujeres y hombres en torno a las necesidades de acumulación del capital, que aliena y cosifica al ser humano al tiempo que fetichiza las mercancías, que basa su explotación en el robo del excedente producido bajo la forma de plusvalor y que además explota reproductivamente y económicamente sobre todo a las mujeres al no reconocer los trabajos vinculados al cuidado y por lo tanto no los paga.

En Uruguay se calcula que si se remunera el tiempo de trabajo vinculado a los cuidados, trabajo fundamentalmente realizado por mujeres, este sería igual al 26 por ciento del PBI.

El sector agro extensivo, tan reclamado y llorón sólo produce un 14 por ciento del PBI, para tener en cuenta quién aporta más.

Pero es más todos los países que alcanzan un nivel industrial y posindustrial, procesan lo que se denomina transición demográfica, es decir aumenta las expectativas de vida y baja la tasa de mortalidad y natalidad.

En lugar de estudiar causas científicas este neo inquisidor sostiene que el problema que Uruguay no tenga más habitantes es una conspiración de la ONU, varias ONG y los grupos LGTBI+, que además responden a una foránea ideología de género (por las dudas no existe tal ideología).

Si todavía existiese la URSS diría que es un invento comunista para terminar con la tradición, la familia y la propiedad, pero como no hay la culpa es de los gay y las lesbianas, para simplificar.

Más que en el senado este señor debería estar conduciendo algún programa en history channel de esos que sostienen que todo lo que pasa es culpa de los extraterrestres anunnaki.

Sería de risa sino fuera realmente preocupante que el futuro gobierno de derecha y ultraderecha además dependa de los votos de un espécimen de este tipo.

Hubo un tiempo que un tipo medio parecido a este, decía que todos los males del mundo eran culpa de una conspiración judeo marxista, marcó a los homosexualidad hombres con un triángulo rosa, a lesbianas con uno negro (eran amorales) y a los presos políticos uno rojo, después proclamó la solución final y bueno ya sabemos cuántas vidas y horrores le trajo a la humanidad su lucha.

Qué Uruguay está despoblado es verdad, que prácticamente la población no crece es verdad, que la pobreza se concentra en niños y mujeres es verdad, ahora que esto sea culpa de una conspiración antifamilia tradicional, es ridículo y bastante fascistoide.

Si se quiere llevar adelante políticas que promuevan el crecimiento poblacional, discutamos la organización del trabajo, la duración de la jornada, la renta básica universal, el trabajo socialmente útil garantizado, la educación para toda la vida, la distribución de la riqueza, la remuneración del trabajo de cuidados, la pobreza infantil, utilicemos la tecnología para acortar la jornada y no despedir gente, básicamente llevemos adelante políticas públicas que antepongan el bien común a la apropiación privada, de la mano de una organización del tiempo y el trabajo que tengan las necesidades humanas como centro y no la acumulación de capital.

Quizás el resultado es el crecimiento demográfico, pero a este nobel senador capaz se le ocurre prohibir los preservativos y anticonceptivos como políticas que procuren aumentar la natalidad.

O más simple resolverlo mediante una orden marcial y viril "A parir mujeres, se les acabó el recreo".

Autor: Diego Alonso

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